En gran parte de Extremadura se emplea con este sentido de ‘estado (bueno o malo) de la atmósfera’: Esta mañana hace buena orilla para ir a espárragos. En Guareña se pregunta ¿Cómo está la orilla? A veces adquiere valor negativo, y así en Talarrubias, cuando el tiempo está revuelto y desapacible, se dice: Hay mala orilla. Así como en la Sierra de Gata (Dícese del temporal, así
se afirma, está mala la orilla).
Se trata de un arcaísmo aún vigente en nuestra tierra. Aparece en el Libro de buen amor (1330): "Después de muchas luvias viene la buen orilla". Covarrubias en su Tesoro de 1611 definía orilla de esta guisa: "Vientecillo fresco que traspasa el cuerpo; y cuando este corre decimos corre mala orilla".
En este caso sinónimo del poético aura ‘brisa agradable, viento suave’, de donde procede por derivación del antiguo ora ‘aire, atmósfera’ (latín aura), como orear. El mismo origen tiene oraje ‘estado del tiempo, temporal’ (DLE) a través del francés.
Reyes Huertas pone esta palabra en boca de Frasco, el viejo aperador de «La sangre de la raza» (novela ambientada en La Serena):
―Ha repuntao el día como dije, señorito, ¡Pos era lo que faltaba: que la orilla cambiase con lo que hay por hacer! Apenas se ha sembrao na en el tempero de otoño. No ha hecho más que llover y está tóo enguachinao…
© JJBL
Vocabulario Popular de Extremadura
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