Trincalla es el nombre de una de las diversas variedades de sopa fría como el gazpacho en Extremadura. Se elabora con poca agua y mucho aceite, tomate picado, pepino y grandes trozos de pan, vinagre, cebolla, ajo y sal, a veces acompañado con peces: Come y calla que son trincallas, se solía decir a los zagales.
Y es que el pan era la base de la alimentación ya fuera en sopas, mamones, repápalos, migas, gazpacho o trincalla. Se considera que el nombre es un compuesto de las formas verbales tinca y calla.
Muy popular en las Vegas del Guadiana, Tierra de Barros y Sierra de Tentudía (Fuente de Cantos), era preparado por los campesinos y pastores en la cazuela o cuenca del gazpacho generalmente de madera de encina con el machote o mazo para el majado.
Esta especie de sopa ensalá (como se recuerda en Feria), también recibe en las comarcas de Tentudía y Campiña sur los nombres de macarraca (Valencia de las Torres), calandraca (en Segura de León), sopará (Usagre y Bienvenida), sopones (Villagarcía de las Torres), sopeao ( Pallares y Santa María de Navas) etc, este último muy popular en Andalucía.
Luis Chamizo en el vocabulario de «El miajón de los castúos» recoge carajamandanga con significado parecido: Gazpacho con mucho aceite y grandes rebanadas de pan, con el que suelen desayunarse los campesinos.
El poeta de Guareña, que define trincaya como 'cierto gazpacho que hacen los pastores', emplea esta palabra en su poema «Extremadura» (reflejando la pronunciación yeísta):
Tiemblan miles de esquilas;
regruñen los lechones, los borros balan...
y en las cuencas de fresno repiquetean
los machotes el himno de la trincaya.
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Vocabulario Popular de Extremedura