Santorrostro es una ‘salamanquesa’, un pequeño reptil nocturno que en tiempo de verano decora las paredes próximas a las farolas a la caza de insectos.
Envuelta en la leyenda, a esta inofensiva sabandija se le atribuyen maléficas patrañas como la de que, si te escupe en la cara, te quedas ciego. De ahí el nombre de saltarrostro (en Alburquerque y Navalmoral de la Mata) del que procede santarrostro (en Trujillo) y este de santorrostro o santurrostru muy extendido en la Alta Extremadura:
Si es de santurrostru, ¡husa a lo jondu! (Del conjuro para husear ‘ahuyentar’ el encontráu ‘sarpullido, urticaria’).
Y otras variantes como zaparrostru (San Martín de Trevejo), saturnostu (Garrovillas de Alconétar), saternesti (en Torrejoncillo), saltacara (Cañamero, Berzocana), santacara (Alía, Logrosán), saltaojos (Villamiel) y sacaojo.
En el Valle de la Serena se dice que: Si te
pica la salamanquesa, envuélvete en la sábana y vete a la iglesia.
Por confusión a veces se identifica la salamanquesa y variantes, como salamanquina, salamántica o salamándriga, con la salamandra.
Por confusión a veces se identifica la salamanquesa y variantes, como salamanquina, salamántica o salamándriga, con la salamandra.
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Vocabulario Popular de Extremadura
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