Se dice que es un escusao el individuo ‘indiscreto, amigo de indagar con disimulo los asuntos ajenos’. Equivale por tanto a fisgón, curioso, entrometido. Con los derivados escuseo, escuseteo y escusear ‘fisgar, husmear’: Anda ya, deja de escusear y dedícate a lo tuyo.
De amplia extensión en la Baja Extremadura; en la provincia de Cáceres, además de escusao, se reparten una ristra de términos con ejemplares como escullero (Valencia de Alcántara, Brozas, Navas del Madroño, Valdefuentes), gaceta (Navas del Madroño) jumaol (Torrejoncillo), goleor (Madrigal de la Vera, Bohonal de Ibor), cherón (Cilleros), sopero (Torreorgaz), cucharón (Madroñera), meticón (), mezuca (Villamiel, Corias) y, sobre todo, mezucón (Trujillo, Torrecillas de la Tiesa, Garrovillas, Casar de Cáceres, Malpartida de Plasencia, Descargamaría, Nuñomoral, etc), mezuquero (Casas del Monte, Albalá) o mechulero (Sierra de Gata y Tierras de Granadilla); sin agotar la relación y considerando que en la mayoría de las zonas conviven varios términos.
En las comarcas orientales predominan los término alcuza (o arcuza) y alcucero (Las Villuercas, La Siberia y La Serena) además de potajero (Orellana), guisopero o gosipero (Campanario) para designar a la ‘persona que se quiere enterar de todo o mete las narices donde no lo llaman’.
En las comarcas orientales predominan los término alcuza (o arcuza) y alcucero (Las Villuercas, La Siberia y La Serena) además de potajero (Orellana), guisopero o gosipero (Campanario) para designar a la ‘persona que se quiere enterar de todo o mete las narices donde no lo llaman’.
Mezucón y variantes proceden de meticón, que recoge el diccionario como sinónimo coloquial de 'metomemtodo'. Meticón es empleado por Sanchez Ferlosio en su más conocida novela «El Jarama», donde menudean palabras escuchadas en el Valle del Alagón:
—¿Te apuestas algo a que lo encuentro?
—Pero ¡cuidado que eres meticona!
Escusao o escusado procede del antiguo escusar ‘esconder, ocultar’ derivado de escuso (latín absconsus ‘escondido’ participio de abscondere) que en la locución antigua a escuso significa ‘a escondidas, ocultamente’ (“Han de ayalayar a escuso de manera que no parezcan y por ende son llamados escusados”). Por la tendencia de estos sujetos al cotilleo y observar tras los visillos al vecindario.
Isabel Gallardo en uno de su «Cuentos de Resolana» (Mi querida suegra) hace uso de algunas de estas voces:
—¿Qué se le importará a usté, so... tía escusá..., lo que hago o dejo de hacer? ¡Habráse visto la... alcucera esta, metiéndose en todo!
Dulce Chacón pone el derivado escuseteo ‘fisgoneo, curioseo’ en boca del viejo alfarero de «Cielos de Barro»:
La Juana, ¿quién había de ser?, con tantos escuseteos, se sabe milagro y vida de quien ande por bajo de su baranda. Y si no se los sabe, pregunta al que se lo sepa.
© JJBL
Vocabulario Popular de Extremadura
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