Un marrajo es una especie de tritón (tritón ibérico), un anfibio frecuente en charcas ganaderas, albercas, estanques y embalse. Más conocido fuera de Extremadura como gallipato. Es una especie amenazada por el rechazo que provoca su aspecto repulsivo: Eres más feo que un marrajo.
Tampoco
es apreciado entre los pescadores por la creencia que depreda sobre
los peces pequeños y alevines pero, sobre todo, por la desagradable
sorpresa que se llevan al picar el cebo del anzuelo y sacarlos del
agua en lugar de la deseada tenca o de otro pez de agua dulce: Me
han picao dos marrajos
y una obispa.
Es el nombre
predominante en Extremadura. Barajas Salas recoge marrajo
erróneamente como ‘salamandra’ en Talavera la Real, Campanario y
Alconchel. Se trata en realidad de un pequeño tritón, otro anfibio
urodelo (con cola). En Trujillo es conocido de forma despectiva como
calamandrullo
(como
a la persona tozuda y bruta).
En
el Diccionario de la L.E. marrajo
aparece como especie de tiburón peligroso muy abundante en las
costas meridionales de España. Considerado de origen
incierto.
Comoquiera que sea, se supone voz germanesca de creación expresiva que procede de uno tantos nombres familiares
del gato (misino, morrongo...), luego aplicado al gato de mar
'pintarroja o lija' (por la forma de sus ojos que recuerdan los del
felino doméstico) y, por extensión, a este tiburón y a otros
animales con carácter despectivo por lo taimado y malicioso: como el
toro que arremete a golpe seguro e incluso a la persona que encubre
dañada intención.
En
el Diccionario de Ictiología (1945) de Luis Pardo incluye al marrajo con esta explicación:
Nombre despectivo con el que designaban al salmón los jornaleros
campesinos de Asturias cuando se les suministraba diariamente en sus
comidas. También llaman así a los tritones en la comarca de
Plasencia.
En
una reseña en la Revista de Extremadura (1899) de la obra
“Meridionales” (colección de cuentos en el habla extremeña)
aparece este vocablo al recordar las peripecias de su autor Luis
Grande en la cacereña Rivera del Marco:
Luisito Grande, como aquí le nombramos, iba —!cómo no!— hace pocos años, a pescar marrajos al Marco, a coger brevas la víspera de San Jorge a las huertas de la Rivera, para arma´pelea en torno a las hogueras, se hacía la monta (novillos) en los días entrillaos (puentes) y por ahora seguramente, en cuanti que comía las tortas del Calvario.
© Juan-José Becerra Ladera
Vocabulario Popular de Extremadura
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