Un barril es un botijo, ‘la popular vasija de barro de vientre abultado y asa central con boca de entrada y pitón para beber a chorro’:
En febrero busca la sombra el perro;
en marzo, el perro y el amo;
y en abril, el perro, el amo y el barril.
Se trata de una de tantas palabras que designa un objeto distinto del que refleja el diccionario (‘barrica, especie de tonel’) aunque pertenezcan al mismo campo semántico de recipiente para contener líquidos.
Barril es el nombre propio de norte de Extremadura para reaparecer en algunos pueblos de Badajoz como Salvatierra de los Barros, Feria, Hornachos y Talarrubias. El botijo con dos asas, cuello estrecho, boca y tapón que llevan los labradores es el barril de campo, alforjero o barrila.
Otros nombres que recibe el ‘botijo’ en nuestra tierra son el de piporro o piporru (en la provincia de Cáceres), porrón (en Orellana la Vieja y Puebla de Alcocer) espiche o piche en Zafra y sur de la Comunidad en general. La segedana Dulce Chacón en «Cielos de Barro» pone en boca del viejo alfarero, apodado El Piche:
Tiempo es de que se hubiera enterado ya de que por estas tierras los botijos también se llaman piches.
En uno de sus «Cuentos», Reyes Huerta trae a colación el barril:
Además yo estaba orgulloso de mis mastines. Habían ya mordido a un niño, hijo de un leñador, que fue por un barril de agua al manantial y a dos o tres vagabundos que se acercaron a la cabaña demandando rumbo y comida.
Por su parte Sancho y González emplea el diminutivo barrilito en el relato Las Brujas «De cosas extremeñas y algo más»:
Es presumible que la tía Celestina, además del mendrugo, le engolosinara con alguna monedilla, puesto que nuestro Perico, cada tercer noche, sin faltar, le llevaba un barrilito de agua de la fuente herrumbrosa, con la que la vieja se aliviaba del dolor de estómago.
© JJBL
Vocabulario Popular de Extremadura
1 comentario:
En abril, tolas aguas caben en un barril, pero si el barril se quiebra, se alaga la tierra.
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