Un bolindre es una canica, esa ‘bolita con que los muchachos juegan a introducirla en un hoyo o gua’. Previamente hay que golpear el del contrario para conseguirlo como trofeo. Los hay de materiales varios como arcilla (de grea), mármol (los más valorados) y de vidrio (cristaloso). Las niñas jugaban a la rayuela, los niños a los bolindres.
Para
lanzar el bolindre,
se sujeta con la yema del pulgar y la uña del dedo corazón que
actúa de percutor o lanzadera. El punto de partida y el de llegada
después de impactar en el del contrario mediante un golpe (pelocha)
es un hoyo practicado en el suelo o gua.
A veces, cuando los zagales jugaban al gua,
se complicaba la jugada con varias tiradas sucesivas en el que los
bolindres debían quedar a cierta distancia (media,
cuarta
y pie).
Se podía jugar a las sardis (sardineta) o ganar algún bolindre del perdedor. Si alguien los perdía todos, quedaba apao (pelado, rapado, desplumado) y tenía que retirarse del juego para su vergüenza y regocijo de los demás. Lo normal era que las bolas volaran de unas faldiqueras a otras en animadas jugadas en el atrio o en los portales para terminar cada uno en "su paz" (sin perder ni ganar).
Se podía jugar a las sardis (sardineta) o ganar algún bolindre del perdedor. Si alguien los perdía todos, quedaba apao (pelado, rapado, desplumado) y tenía que retirarse del juego para su vergüenza y regocijo de los demás. Lo normal era que las bolas volaran de unas faldiqueras a otras en animadas jugadas en el atrio o en los portales para terminar cada uno en "su paz" (sin perder ni ganar).
Como
el portugués belindre
‘pequena esfera de vidro, metal ou madeira com que jogam as
crianças', también belindre,
(considerado de origen oscuro en el país vecino). Procede quizás
del francés bille ‘bola,
canica’ (de origen celta), con influjo de bola.
El Diccionario Académico remite a canica
(desde la edición de 1970), haciendo derivar bolindre
de bola
sin más complicación ni marca local alguna.
Aunque
también se emplea en otras regiones como Andalucía
occidental, bolindre o
bolindri
es el nombre patrimonial para designar la ‘canica’ en toda
Extremadura. Tierra tan ligada a Sánchez Ferlosio, quien emplearía
esta palabra en «El Jarama» (1955):
Vamos a ver, ¿y tú cuantos años tienes, muchacho? Me parece que van a ser muy pocos para saber nada de aquello. Andaríais a lo sumo jugando a los bolindres…
El
villanovense Felipe Trigo la pone en boca del protagonista de su
novela «Jarrapellejos» (1914):
Se sigue predicando el robo y el asesinato en los centros libertarios y asusta como el telégrafo nos habla diariamente de los niños de quince años que juegan a matar, en vez de jugar a los bolindres.
Y Dulce Chacón, natural de Zafra, en la del viejo alfarero de «Cielos de barro» (2000):
La abuela llenaba la faltriquera del nieto con los caramelos que los señoritos no se habían comido. Y él arramplaba con algún que otro bolindre, que lo veía yo jugar al gua en el corral.© JJBL
Vocabulario Popular de Extremadura
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